Por: Jesús SOLÍS ALPUCHE
La epidemia del Coronavirus, nos entubó a los representativos de la Izquierda y los movimientos sociales en una angustiosa pasividad e inactividad política muy diferente a la que vivíamos antes de 2014 en Yucatán, cuando en conjunto impulsamos morena como partido para ganar las elecciones. Pero, que el gane, le dio paso a otro morena, que no cesa de darse de balazos en los pies, saturando las redes de lamentos y mentadas.
El origen del partido que se construyó en el Estado de Yucatán buscó su integración con caras nuevas. Trató siempre de excluir a los elementos de izquierda locales. Promovido por tabasqueños y gente identificada con el grupo de López Obrador, a quien todos impulsamos por su carácter decisivo y carismatico, no obstante siempre trataron de excluirnos por considerarnos un lastre, o muy difíciles de disciplinar; a esta representación hasta ahora no les conozco un diagnóstico, quizás porque no lo consideran digno de importancia. Por lo que hay que aportar algo al respecto.
Ganamos la presidencia, pero perdimos el partido”, parece ser la frase que describe el estado actual de MORENA. El partido cayó en la trampa de su propia estrategia de alianzas para la elección del 2018. No solamente se aceptó a todo el que quisiera, sino que para que “quisieran” se les ofreció puestos, cargos y candidaturas. Y claro que no llegaron solos, vinieron en grupo, con sus usos costumbres y su ideología (del acomodo sobre todas las cosas). No es que MORENA fuera antes de esto una fuerza compacta y pura, pero el ingreso masivo de oportunistas vino a inclinar la balanza a favor de las antiguas prácticas, la búsqueda del hueso como mandamiento y el desfonde ideológico.
“Pero se ganó y eso es lo importante”. Le pusimos fin al bipartidismo, y eso es real. Y claro que es un logro importante. El gobierno popular marca el inicio de un cambio que esperemos marche lejos. Hay confianza en el liderazgo de AMLO y en su gobierno. Sin embargo, la militancia de izquierda de MORENA está en el limbo, no hay crítica ni autocrítica y lo más preocupante es, que un proyecto de Izquierda no estaba en la disputa por el partido y la nación.
La llegada de Alfonso Ramírez Cuellar a la presidencia circunstancial, es una bocanada de aire al respecto. Alfonso es un hombre de Izquierda y su propuesta de baja al 50 % de las prerrogativas a los partidos, es de impacto político contundente Y por lo mismo hay que hacer memoria histórica reciente.
Lilly Telles que renuncia a la bancada en el Senado, Jaime Bonilla gobernador de morena que opina contra el IMSS, hasta el caso Barbora gobernador de Puebla son un buen ejemplo. Barbosa estuvo presente en el “Pacto por México” y aprobó las reformas de Peña, es más fue un crítico de AMLO. Ninguno de los tres representa a la militancia del partido, aquellos que hicimos desde cero. Pero además ninguno representa a la izquierda o al progresismo.
En Yucatán a partir de la llegada de Katia Meave la militancia no decide nada sobre el partido. La dirigencia se concentra en lo electoral, no participa en la construcción de una agenda legislativa o en la construcción de un proyecto político. El Movimiento M-18, es sistemáticamente excluido de las candidaturas igual que otras personas que habían trabajada la fundación del partido, para darselas a los prianistas que llegaban. Aceptamos en aras del necesario triunfo. Hoy se avecina la renovación de la dirigencia y MORENA corre el riesgo de quedar en manos de la presión que representa el grupo de Huacho Diaz, y la oposición a esto son grupos que no se proponen nada más que conflictos, “quítate tu para ponerme yo”, chambismo y judicialización.
La militancia no está discutiendo la estructura del partido, ni la política estatal , ni el relevo y mucho menos el futuro de la 4a.T No lo discute porque tampoco importa, cuando las decisiones se toman sin su consentimiento y sin su conocimiento. Bajo el pretexto de que se prohíben las corrientes no hay polos aglutinadores ideológicos o liderazgos que enarbolen una propuesta distinta y clara con respecto al partido, el Estado y la nación. Lo que si hay son grupos que se unen bajo el principio de hacerse del poder. Mientras, la militancia a la deriva, sin liderazgos, sin proyecto y sin propuestas queda nulificada.
El partido no actúa en libertad, ni impulsa decisiones, porque no tiene institucionalidad. El Congreso del Estado aprueba presupuestos al gobierno estatal, que cuando menos tres de los diputados morenistas han aprobado en una cargada abiertamente panista. Por otro lado los agentes del neoliberalismo como Patricio Patrón Laviada, Verónica Camino, Carlos Ramírez Marín, Liborio Vidal, Eduardo Sobrino ya tienen la patente de corso, para abordar la nave y desviarla completamente del rumbo al puerto de la 4ª.T para que en Yucatán queden las cosas como están.
Hay que salir de la inercia. El presidente está dando el ejemplo señalando la ruta en la construcción del proyecto tomando la ofensiva, a quienes quieren impedir el Cambio Verdadero. A los que pretnden chantajear con una consulta pública para removerlo, les plantea la anticipación de la revocación de su mandato de 2022 a 2021. para que, en elecciones intermedias, junto con MORENA el pueblo determine el impulso del Cambio Verdadero o Más de lo mismo.
No es tarea fácil, la lógica política tradicional, de corrupta y oportunismo, está avanzada en MORENA. Algunos dirigentes están cómodos en el papel de incondicionales, En el PRIAN prefieren a ese MORENA light para hablar por el partido, la militancia se encuentra dispersa y sin un núcleo aglutinador que la inspire e impulse. Si no cambiamos esto, MORENA está en una encrucijada.
Como siempre he dicho en Yucatán ganamos la Presidencia (Amlo obtuvo cerca de medio millón de votos) pero gobierna el PAN toda la administración pública. Huacho y su séquito no renuncian a sus prácticas PRIANistas. Es tiempo de dar un cambio, un cambio que renueve las verdaderas esperanzas de los votantes lopezobradoristas y que nos permita el triunfo electoral en las elecciones del 2021, apoyar al presidente y a la 4a.T.
La claridad con que AMLO expone que no tiene enemigos sino adversarios, pero asume que el papel histórico de los CONSERVADORES está en abierta campaña en su contras, y el valor de “El que nada debe, nada teme” que busca sustentar en la transparencia informativa de sus acciones y políticas públicas, nos dicen que la 4ª. Transformación, con el Covit 19 o sin Covit-19 va en serio.
Sin embargo, el proceso partidario interno que vivimos en morena, y el proyecto del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se están perfilan como dos proyectos que no logran articularse. Por eso es importante una nueva visión para la reestructuración interna del Partido. Porque Ramirez Cuellar, es una esperanza, de que el presidente cuenta, ya, con un partido que respalde y reproduzca su visión social y política, de unidad, dentro del marco de una identidad con la 4ª. Transformación.