Por: Miguel Aarón RITO BETANCOURT
El Papa Francisco aseguró que su visita a México no sería para hablar de política, porque el venia como peregrino de la paz, sin embargo, nadar de a muertito en el México gobernado por la corrupción, le fue imposible al líder máximo de la iglesia católica. Pero a pesar de que pocos espacios noticiosos le dieron importancia al incruste gesto de reivindicación social que Jorge Mario hizo a favor de Samuel Ruíz.
Veremos, fue así como en el montañoso, considerado el estado con mayor pobreza social de México; Chiapas, el Papa Francisco realizó -luego de comer con representantes indígenas-, una noble visita ante la tumba que guarda el cuerpo del Obispo Samuel Ruíz. Y que ante esa tumba, hincado, el Papa Francisco rezó y meditó antes de ir a oficiar la misa programada para ese día en la Iglesia Catedral de San Cristóbal.
Cabe recordar que el Obispo Samuel Ruíz, ya muy enfermo, falleció en el año 2011.Murió si, y para muchos analistas sociales siempre fue incomprendido, incluso olvidado por la jerarquía de la Iglesia Católica y mucho más fue denostado en su labor a favor de los jodidos, mismos jodidos por culpa del gobierno mexicano. Cabe recordar que en vida Don Samuel Ruiz fue atacado, calumniado, insultado por su labor en defensa de los derechos humanos particularmente a favor de los llamados indígenas chiapanecos, a los que siempre defendía y les enseñaba a organizarse para defender su dignidad humana, ante los abusos de las autoridades mexicanas.
Documentado está que no solo fueron los poderosos ricos explotadores empresarios antinacionalistas, a los que incomodó Samuel Ruíz con sus acciones cristianas, sino también a la Jerarquía de su propia Iglesia Católica y al Gobierno priista de aquel entonces. Todo porque este sacerdote había preferido a los pobres y desvalidos, había privilegiado estar cerca de los indígenas sudados por el esfuerzo del trabajo diario y no a lado de los cómodos millonarios y sus injustas autoridades al servicio de la explotación humana.
Samuel Ruíz perteneció en vida a la fuerza religiosa llamada “Teología de la Liberación”, el cual es un movimiento dentro y fuera de la iglesia católica, que estudia, analiza y reflexiona sobre la realidad social de los desprotegidos en el mundo y sobre las posibles soluciones de los mismos a la luz del cristianismo tal cual lo practicaba sencillamente el mismo Jesucristo. Por ese es entendible, que los miembros o simpatizantes de la “Teología de la Liberación”, son ante todo simples mortales, seres humanos que hallan en la pobreza la razón de tanta injusticia por abatir sea de donde venga.
Por eso el Papa Francisco valoró ante la tumba del cristiano Samuel Ruíz, el que éste llegara a ser parte de la vida de los indígenas, el Papa Francisco conocía bien que el Obispo Samuel Ruíz se percató de la terrible y dolorosa opresión de la que los indígenas chiapanecos eran objeto por parte del poder político, económico y religioso. De ahí la importancia de ir a la tumba a reconocer que Samuel Ruíz está ideológicamente vivo en la vida diaria de los indígenas que lo adoptaron como su “Tatic= Nuestro Padre en lengua Tzotzil”, como le llamaban de cariño.
Al Sacerdote Samuel Ruíz le tocó ver en persona el sufrimiento de los habitantes de la zona indígenas chiapaneca, miró como les prohibían por ejemplo usar las bancas del centro (plaza principal) de sus propias comunidades, incluso observó como a los indígenas se les tenía prohibido entrar a los restaurantes o aun peor de que se tenían que bajar obligadamente de las escarpas, aceras o banquetas si de frente venía un mestizo con la suerte de haber nacido blanco o estar vestido de catrín. Samuel Ruíz siempre arropó y denunció cada lágrima que con impotencia era derramada por el humilde ser humano que había nacido indígena y que por ese solo hecho, sufría desgarradores actos de injusticia y vejaciones por parte de sus mal llamados “patrones” y de las mismas autoridades gobernantes, tales bajezas eran de todo tipo, laborales, sexuales, despojos de sus tierras, etc., que atentaron siempre contra la dignidad humana.
Pocos saben que ese “rebelde religioso” protector de los humildes desvalidos; Samuel Ruíz, era mucho más ser humanos que algunos políticos, ya que era un hombre sincero en sus ideas, culto, hablaba con fluidez siete idiomas, entre ellos el latín y el hebreo, lo cual le servía para entender los contextos bíblicos tal cual sin interpretaciones demagógicas modernas. Por eso muchos lo vieron con enojo cuando asistió al Concilio Vaticano II y públicamente abrazó la “Teología de la Liberación”, y fue a partir de entonces que comenzó a gestarse en su corazón y en su mente la idea revolucionaria de una “Pastoral indígena” que en sí era nada más y nada menos que la posibilidad real de que la iglesia católica abriera y autorizara un proceso por el cual se ordenaran catequistas y diáconos de origen indígena, así como permitir el uso de los idiomas de los pueblos originarios en la práctica religiosa.
Además saltaba a la vista las acciones que Samuel Ruíz hacía permanentemente a favor de las organizaciones ciudadanas que buscaban mejorar la situación de los indígenas. Solo basta recordar su famosa carta en los años noventa denominada: “En esta hora de gracias”, donde detallaba las injusticias y el mal gobierno, así como denunciar y reclamar al respecto: “… esto ha traído hostigamiento y ataques, tanto por parte del Estado como por parte de diversos grupos o sectores privilegiados”. Empero, los políticos y su Jefes de la Iglesia Católica de aquel entonces no quisieron escucharlo ni mucho menos hacerle caso. Pero en cambio el Gobierno con el aval de la misma jerarquía católica, lo acusó de ayudar a la conformación de Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. Fue el Presidente priísta Ernesto Zedillo Ponce de León quien aseguró sin fundamento legal que Samuel Ruíz promovía “una ideología de la violencia”, porque según Zedillo, muchas comunidades que se levantaron en armas, creían en la labor pastoral de una iglesia más caritativa en defensa de los pobres. Sin embargo en los hechos, Samuel Ruíz, por su cercanía cristiana entre esas comunidades fue lo que le valió al Gobierno represor para utilizarlo como mediador entre el EZLN y el propio Gobierno, tanto que labor pastoral de Samuel Ruíz ayudó en mucho a darle forma a los llamados Acuerdos de San Andrés Larrainzar, donde el EZLN y el gobierno pactaban sus puntos de vista.
Por eso es importante entender que el Papa Francisco, hoy más que nunca sabe y le retumba en la conciencia en su calidad de máximo líder de los católicos, lo injusto que fue el mismísimo Vaticano al ordenar cancelar la parte central de la “Pastoral indígena” respecto a la formación de diáconos y catequistas indígenas. Pero eso hoy está superado, ya que ha cambiado precisamente porque el Papa Francisco es quien ya permitió “La Pastoral indígena”. ¡Si señor! Sobre todo en la gran trascendencia de que estas comunidades indígenas disfruten de su creencia religiosa en su propio idioma, lengua o dialecto.
De ahí el análisis simple de que la visita de Francisco a México, tuvo su parte menos resaltada por los medios de comunicación al servicio de los ricos, pero de mucho acto de justicia y de “honor a quien honor merece” al presentarse el llamado representante de Cristo en la tierra, ante la tumba de quien defendió la idea central del cristianismo: “Amaras a tu prójimo como a ti mismo”, Don Samuel Ruíz. Está claro que porque la prensa a modo no resaltó al Papa Francisco ante a la tumba del fallecido Obispo Ruíz; por que este reivindicó la lucha del sacerdote rechazado y atacado, tanto por el Gobierno como por la iglesia católica misma, a tal grado que incluso analistas contarios a sus pensamientos cristianos, le llegaron a llamar a Samuel Ruíz, “el obispo rojo”, todo por su devoción a los pobres. Ahora bien, qué pensarán los multimillonarios y los políticos que han o siguen hasta hoy oprimiendo al pueblo mexicano, robándose dinero público destinado a obras sociales, adjudicándose las riquezas naturales como botín de Ratas, etc., y sobre todo siendo explotadores del menesteroso e ignorante. Qué pensarán los finos saqueadores del pueblo mexicano, respecto a que el Papa Francisco se arrodilló y rezó ante la tumba de quien prefirió la verdadera justicia social.
Por ultimo vale la pena reproducir lo que escrito de puño y letra por el Papa Francisco en su reciente visita a México, donde al firmar el libro de visitantes distinguidos de un seminario plasmó: “Los Sacerdotes deben ser pastores de Dios, no clérigos de Estado”.
Comentarios: miguel_aaron_rito_betancourt@hotmail.com