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Miomas Uterinos

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Qué son
Los miomas uterinos son tumores benignos ricos en matriz extracelular y que derivan de los miocitos, que se encuentran presentes en el miometrio.Son muy comunes. De hecho, más de la mitad de las mujeres presentan miomas uterinos, aunque en la gran mayoría de los casos no dan síntomas.

Estos miomas se originan a partir de las células de músculo liso que se encuentran en la pared del útero. En la mayoría de los casos suelen ser múltiples, pero también pueden presentarse de forma única.

Los miomas o fibromas uterinos se encuentran en el cuerpo uterino, aunque en algunos casos también se pueden presentar en el cuello del útero o cérvix.

Su aparición tiene que ver con las hormonas de la mujer por lo que sólo aparecen cuando existe una fuerte de hormonas importante, por lo que “en la menopausia no aparece”, tal y como informa Francisco Carmona, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Clínico de Barcelona.

Causas
Los miomas uterinos son frecuentes en mujeres mayores de 20 años aumentando su prevalencia con la edad pero sus causas exactas aún son desconocidas para los especialistas.

Pueden ser de dimensiones muy diferentes, microscópicos o de un tamaño mayor que ocupe todo el útero y, dentro de las posibles causas que dan lugar a su formación, se encuentran las hormonas.

Dentro del factor hormonal, existe una relación directa con la progesterona, como hormona que ayuda al crecimiento de los miomas. Esto se produce porque el tejido miomatoso es hipersensible a estas hormonas, por lo tanto, este tejido responde a la progesterona sintetizando factores de crecimiento.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
Aproximadamente en la mitad de los casos los miomas uterinos no presentan síntomas y en el resto de las pacientes éstos suelen ser muy variables, dependiendo de la localización, el tamaño y la dirección de crecimiento del tumor. Hay tumores que pueden llegar a pesar hasta 3 kilos y no producir síntomas y otros de 2 cm provocar síntomas molestos o dolorodos en la mujer, tal y como señala Carmona. En estos casos, “lo normal es que la mujer tenga síntomas por el peso en el útero”.

Los síntomas más importantes son los trastornos del sangrado menstrual y el dolor pélvico, sensación de presión en el estómago, micción frecuente y estreñimiento con manifestaciones de compresión.

Trastornos del sangrado menstrual

Aunque clásicamente se han asociado los miomas uterinos con las hemorragias uterinas anormales, los datos no son concluyentes. En muchos de los casos, la edad en la que son más frecuentes los miomas suele coincidir con dichas hipermenorreas, por lo que no se puede determinar si se trata de un hallazgo o una mera coincidencia.

Otros de los síntomas son el sangrado entre periodos, periodos de menstruación abundante y, en ocasiones, con coágulos de sangre.

“Estos sangrados pueden producir a su vez anemias muy severas enl a mujer y afectar mucho a la calidad de vida la persona”, informa Carmona.

Dichos periodos pueden durar más de lo normal y producirse dolor durante los mismos, con la característica añadida de un aumento en la necesidad de orinar y calambres pélvicos.

Dolor y síntomas de compresión

En un porcentaje amplio, los miomas resultan indoloros y, en la mayoría de los casos, las algias pélvicas o dolor pélvico muy fuerte, que acompañan a los miomas son síntomas de compresión y dependen del volumen y la localización del mioma.

En cuanto al dolor característico de los miomas, suele ser debido a tres posibles factores: torsión del mioma, degeneración del mismo, o bien, por parto de miomas submucosos pediculados, concepto que conlleva que el pedículo se seccione y sea expulsado por la vagina.

Por otro lado, es posible que los miomas se presenten con síntomas durante el embarazo o bien son detectados en el momento en el que la paciente se realiza una ecografía.

Prevención
Al no conocerse las causas de la aparición de este tipo de tumores benignos, las medidas de prevención son desconocidas. Aunque, los expertos señalan como uno de los principales requisitos controlar o evitar el sobrepeso u obesidad.

No existen pautas claras a la hora de prevenir esta afección, aunque se ha detectado que son menos frecuentes en mujeres que llevan una dieta saludable baja en grasas, como la dieta mediterránea, o que realizan ejercicio con regularidad.

Dentro de esta dieta, se deben reducir al máximo las grasas saturadas y los azúcares, y, por consiguiente, resulta beneficioso sustituir estos componentes por otros como la vitamina E y la vitamina C.

También se recomienda a las pacientes que se realicen revisiones periódicas para detectar la existencia de miomas de forma precoz u observar su desarrollo en el caso de que surjan.

Tipos
Dentro de los tipos de miomas uterinos se encuentran:

Los miomas submucosos: Son aquellos que nacen y crecen bajo el endometrio o capa interna del útero. Este tipo es el menos frecuente de todos, pero es el que causa más complicaciones. Dentro de este tipo, se encuentran los miomas submucosos pediculados, que pueden verse sometidos a la acción de las contracciones uterinas que tienden a expulsarlos de la cavidad y producen su degeneramiento.

Los miomas intramurales: Se desarrollan en la pared del útero y pueden provocar periodos menstruales con sangrado abundante o que éste se produzca entre ciclos.

Los miomas subserosos son aquellos que se desarrollan bajo la capa externa del útero y, al crecer, pueden provocar dolor o sensación de presión.


Diagnóstico
Para determinar el diagnóstico de un mioma uterino se llevará a cabo, en primer lugar, un examen pélvico, que mostrará cambios en la forma del útero.

En algunos casos, no se puede determinar la existencia de estos miomas con un simple examen, sobre todo en los casos en los que la paciente presenta obesidad.

Por lo tanto, el especialista llevará a cabo otras pruebas diagnósticas:

La ecografía podrá crear, a través de ondas, una imagen más definida del útero.

Una resonancia magnética emplea imanes y ondas para crear imágenes del mismo.

Otra de las opciones posibles es la realización de una histeroscopia a través de un tubo que se introduce en la vagina para poder observar directamente el interior del útero.
Tratamientos
El tratamiento de los miomas depende de cuál es el abordaje terapéutico por el que opta el especialista dependiendo de la evolución de los miomas uterinos.

Tratamiento de los síntomas
Anticonceptivos que ayudan a controlar los periodos menstruales abundantes.

Dispositivos uterinos que secretan hormonas denominadas progestágenos y que contribuyen en algunos casos a reducir el sangrado abundante.

Los suplementos de hierro resultan importantes en el caso de que la paciente pueda sufrir o ya padezca anemia por el sangrado excesivo.

SPRMS (moduladores selectivos del receptor de la progesterona): es una forma de tratamiento reciente que bloquea los receptores de la progesterona a nivel del mioma. Reduce el volumen de los miomas y también el sangrado excesivo. Recientemente se ha aprobado su uso repetido intermitente.

Análogos de la GnRH: Actúan bloqueando la síntesis de hormonas femeninas (estradiol y progesterona). Controlan el sangrado y reducen el volumen del mioma, aunque su uso esté limitado en el tiempo a causa de los efectos secundarios que presentan.
Es necesario que la paciente se someta a revisiones periódicas a criterio del especialista, que incluyan ecografías o exámenes pélvicos para constatar el estado de los miomas y aplicar otros tratamientos en el caso de que estos se hayan agravado.

Tratamiento del mioma
El tratamiento que se aplica para poder tratar un mioma uterino dependerá de diversos factores como la edad, el estado de salud, los síntomas o si la paciente se encuentra embarazada o quiere tener o no hijos.

La histerectomía es la forma de tratamiento quirúrgico más usual y se puede realizar por vía abdominal o vaginal. Es una cirugía que se basa en la extirpación del útero de la mujer y puede realizarse por completo o sólo una parte.Esta intervención puede realizarse a través de una incisión quirúrgica única en el abdomen o en la vagina, o bien, tres o cuatro pequeñas incisiones con el fin de introducir un laparoscopio.

La embolización arterial uterina es un tratamiento mínimamente invasivo para los miomas uterinos. En la embolización arterial uterina se utiliza un catéter para inyectar pequeñas partículas (agentes embólicos) en las arterias uterinas, las cuales suministran sangre a los fibromas y el útero. El objetivo es colapsar los vasos sanguíneos de los miomas, restringir el flujo de sangre y causar que estos se reduzcan y mueran.

La terapia de ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU) Está especialmente indicado en mujeres diagnosticadas con miomas uterinos asociados a síntomas o, cuando no presentando síntomas, la mujer desea tener hijos y evitar posibles complicaciones en un futuro embarazo. Las ondas de ultrasonidos se dirigen hacia el tejido a tratar mediante el transductor HIFU, provocando en el punto focal un incremento de la temperatura de los tejidos (a 65-100º) que causa necrosis coagulativa en un área bien definida de 2-3 mm hasta destruir las células enfermas del mioma. Dichas ondas viajan a través de los tejidos adyacentes sin dañarlos.

Otro de los procedimientos usuales es la miomectomía, que consiste en extirpar solo el mioma; y es el procedimiento quirúrgico de elección para las pacientes que quieren preservar su fertilidad. El tipo de intervención dependerá de la ubicación y el tamaño de los miomas.
El riesgo que presenta esta terapia es la formación de cicatrices y adherencias que pueden afectar a una fertilidad futura. También conlleva el riesgo de que se presente un sangrado excesivo, lo que implicaría una histerectomía.

Otros datos
En aproximadamente la mitad de los casos, los miomas uterinos no requieren de tratamiento ya que son asintomáticos.

En el caso de que la paciente esté embarazada, es posible que estos miomas crezcan. Este crecimiento está provocado por el aumento del flujo sanguíneo y de los niveles hormonales aunque después del nacimiento del bebé suelen volver a su tamaño inicial.

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