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Mi primer cunnilingus y Sexohoróscopos 21/dic/2015 al 27/dic/2015

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Por: EL CAPITÁN LUJURIA

CunnilingusTengo obsesión por documentar mis primeras veces de algo. La primera vez que conduje un auto, la primera vez que besé a una mujer, la primera vez que me puse una borrachera, la primera vez que me lo chuparon, la primera vez que fumé mariguana. Recuerdo mis primeras veces, les otorgo cierta importancia en la historia de mi vida. Por ejemplo, la primera vez que le hice un cunnilingus a una chica, es uno de esos capítulos que ha permanecido grabado a sangre y fuego en mi memoria.

Y es que si había algún sitio al que nunca me había asomado, ese era la selva negra de una chica. A los 14 años toqué por vez primera unas tetas femeninas. Recuerdo haberle subido la playera a una amiguita mía y retorcerle los pezones. A la misma edad toqué por primera vez un culo. Y me esmeré en ello, así que a partir de ahí, ya siempre que besaba a una mujercita quería yo tener barra libre de culo y teta. Claro, no siempre lo lograba. Pero cuando sí, tuve culo por encima de la ropa y teta, toda la que quería. Pero de la selva negra, nada. En algunas ocasiones pude introducir un dedo, dos, pero en aquella época estaba prohibido asomarse a los bajos y ver lo que ahí se ocultaba. A los 15, pude meter por primera vez sólo la puntita y comencé a recibir mamadas de mis compañeritas de secundaria, a cambio de hacerles las tareas de matemáticas. Pero yo no pedía hacer lo mismo, porque por alguna rara razón tenía miedo de ir allá abajo y descubrir la espesura de las selvas negras. Así que lo dejé pasar.

A los 16, conocí a la primera chica que desvirgaría. Cuando me deslicé por vez primera hacia sus calzones para paladear sus humedades, tracé, con su sangre de virgen, las iniciales de mi nombre en una de las paredes del edificio donde ella vivía. ¡Pero aún no había yo visto lo que las chicas tenían entre sus piernas! ¿Y qué tenían entre sus piernas? Bueno, en el caso de mi amiguita, fantaseaba yo que ella tenía el coño cerrado de una chica de 16 años, poco dado a la depilación, es decir peludo.

Sin embargo, yo estaba empeñado en franquear la última frontera entre ella y yo. Normalmente, la última frontera suele ser el culo, pero en ese tiempo yo hacía todo al revés. Así que me esmeré y usé toda la morralla seudofilosófica que pude para convencerla de bajarse los calzones y me entregara su preciado tesoro. Me llevó a su casa (claro, en una ocasión en que no estaban sus padres). Ya dentro, me condujo al baño, donde había un espejo de cuerpo completo. Hice que se viera en él y le dije románticamente: “eres preciosa –y vaya que lo era-, quiero ver tu coño”. “Mi amor, eres un degenerado”, me dijo, mientras reía nerviosamente -creo que por la felicidad-, y se negó. No sin antes prometerme que al día siguiente me dejaría abrirle las piernas.

Y así fue. Entramos en su recámara. La recosté en su cama, como cuando un cirujano acuesta a su paciente. El sol, que entraba en todo su esplendor, me cegaba, me rodeaba un aura brumosa y celestial. Y era así, quizá porque yo estaba a punto de descubrir uno de los actos más devocionales que puede hacerle un hombre –eso me sentía pese a ser un tímido adolescente- a una mujer. Era una escena muy de rito pagano. Ella estaba rígida y ceremoniosa sobre su cama, convertida en una piedra de sacrificio, y al mismo tiempo obscenamente frágil, como una japonesa en falda de colegiala que cierra las piernas con fuerza.

El trámite duró algunos minutos. Fui subiendo mi lengua de los tobillos a las rodillas y de ahí a su gatito; la desprendí de sus calzones y la abrí de par en par. Y ahí, entre los matojos negros y húmedos de sus pelos púbicos, estaba su vagina, rosada, ancha y reluciente. Al principio sólo quise mirar: “eres preciosa, seguía yo diciéndole, ¿te has visto?, tienes la panocha más maravillosa del mundo”. Y así, la fui llenando de caricias, mientras iba sumergiendo mi cara en sus entrañas y comenzaba a besarla suavemente. Luego con mi lengua hice un recorrido de exploración y empecé a comérmela rítmicamente y cada vez más rápido, empapándome de sus charcos y de su olor, y fue así también como le presenté a su clítoris cosquilleante, que para ella era un auténtico desconocido. Igual, durante un tiempo íbamos a ser grandes amigos. Ella cerró sus ojos y gimió enloquecida.

En ese punto, entre gritos, y resuellos, ambos explotamos simultáneamente. Había valido la pena esperar, pensé. “Sí existe el camino al paraíso”, me dije. El aire estaba demasiado cargado de lujuria. La estábamos pasando de lujo, incluyendo a su perrita faldera, quien comenzó a lamer nuestros pies y nuestras piernas, saltando muy excitado. Y todo iba de maravilla, hasta que inesperadamente llegó su mamá –estábamos tan excitados que no la escuchamos entrar- y nos encontró en plena acción. Pero esa es otra historia.

SexohoróscosARIES: Si te pones buzo caperuzo, Venus te acompañará todo fin de año y la cogedera no te faltará. Nomás deja esa mamada de querer parchar con “tu alma gemela”. Ya dejaste incluso de parchar con chicas de alquiler y con tus viejas amantes. Ya olvidaste lo lindo que es la cogedera, y entre más puerca mejor. Ayá tú. Mejor día para la entrepiernada: todos.

TAURO: Si le echas ganas, esta será para ti una semana muy jacarandosa. Siempre y cuando decidas convertirte, ahora sí, en una experta en braguetas y su contenido. Por lo pronto, ya deja de acariciar tu rosario mientras coges como una condenada; tus amantes se sacan de onda. Día sexual: el sábado.

GÉMINIS:Trata ya de valorar a las mujeres más por sus cualidades espirituales y morales que por el rendimiento de su panocha. Esto ampliará tu panorama sexual, pues te podrás coger a chancludas a las que nunca antes tuviste acceso. Ponte listo. Mejor día para la parchada: la quincena que viene.

CANCER: Esta semana andarás de buen humor y eso te permitirá abrir las piernas y el trasero con mayor facilidad ante cualquier chóstomo bien presentado. Bien por ti, pues cuando conozcas al micromugrero de tus sueños, lo gozarás cañón. Día sexual: Hoy.

LEO: Eres un adorable garañón verga-tiesa que para gozar se mete por la nariz y la boca lo que le sale a las chicas de su vejiga mientras te gritan obscenidades cachondas. Por ello, es probable que esta semana conozcas a muchas mujeres que les encantará duchar tu cara con su lluvia dorada. Días cachondos: los lluviosos.

VIRGO: Ya se que te urge encontrar a un semental que te la meta con furia y te haga vivir nuevas y selváticas experiencias sexuales. Supongo que es por tu marido, que con su rutinario mete-saca, ya te tiene aburrida y hasta la madre. No te desesperes, pues pronto te llegará un padrote que te hará desbordar tus pasiones más puercas. Día ideal para el chupirul: el clásico viernes social.

LIBRA: Será una semana trankis, trankis. Eso no evitará que tu mujer te siga poniendo el cuerno. Pero saldrás adelante sin sufrir demasiado. Conocerás a un buen de viejas y, quizá por fin, hallarás a la mamadora de tus sueños. Día para el chaca-chaca: el sábado sexual.

ESCORPIÓN: Tendrás que experimentar cambios drásticos y por ello tendrás que aflojarle la nalga a todo aquel que te la pida, en especial a mí. En una de esas encuentras al ángel barrigón de tus sueños calenturientos, aquel que cuando te la meta te haga oscilar ferozmente tus ojitos pajaritos. Día para el sexo sucio y salvaje: todos.

SAGITARIO: Se te ha puesto dura todo el año. Al grado de que bastaba con miraras a tu perrita faldera mover su colita para tener tremendas erecciones. Pero este mes te será bastante aburrido en cuanto a panochas (o pivotes) disponibles. Tendrás que hacerte muchas chaquetas. Ni modo. Día acogedor: ninguno.

CAPRICORNIO: Los planetas tienen todo dispuesto para que tu experimentada vida de gran cogelona fluya excelentemente. Te acoplarás sin ningún problema con todos tus compadres, tus primos y tus cuñados, sin contar a tus compañeros de trabajo. Claro, todo depende de ti. No dejes que se te vaya ningún pervertidillo. Día para atornillar más chido: el domingo familiar.

ACUARIO: Hallarás algunos obstáculos en tu camino hacia la parchadera durante la semana, o quizá durante todo el año, por lo que tendrás que tener cuidado a quien se la chupas, pues podrías llevarte una sorpresa desagradable (algún pelo púbico o un poco de engrudo rancio se te podrían atorar en la garganta). Claro, también te toparás con chicos lindos, de esos que les gusta fornicar y emitir sonidos similares a los de un puerco. Paciencia.

PISCIS: Tranquila, ese viejo cogelón que te acabas de ligar es lento pero seguro. Sólo chúpasela más seguido y lo convertirás en el pervertido que necesitas. Al final obtendrás tu recompensa: chistorra en abundancia. Ya lo verás. Día sexual: todos.

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