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Los rapidines o el más rápido del Oeste… y SEXOHORÓSCOPOS del 15 al 21 de febrero de 2016

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Por: El Capitán Lujuria

Aún lo recuerdo como si fuera ayer, pero sucedió hace algunos años: mientras entraba en el ascensor de un edificio de apartamentos en el que vivía, escuché detrás una voz de mujer. “¡Un momento por favor!”. La mujer entró en el ascensor y la puerta se cerró. Llevaba un vestido amarillo muy ajustado y el cabello suelto. No la conocía, de hecho no conocía a nadie del edificio, pues había muchísima gente. Tenía el culo grande y era corpulenta. Los pechos parecían a punto de salirse y romper su vestido amarillo. Yo le miraba de reojo. Llevaba una bolsa de alimentos del súper. Llevaba los labios pintados. Aquellos labios gruesos y pintados eran obscenos. El carmín rojo intenso brillaba y no pude contenerme. Apreté discretamente el botón de STOP.

Funcionó. El elevador se detuvo. Avancé hacia la vecina. No opuso resistencia, así que le alcé la falda con una mano y le miré las piernas. Tenía unas piernas increíbles, todo músculo y carne. Parecía conmocionada, de piedra. La sujeté mientras ella soltaba la bolsa de comestibles. Por el suelo del elevador rodaron latas de verduras, un aguacate, papel higiénico, un paquete de carne y tres yogures. Luego besé aquellos labios. Se abrieron. Bajé más la mano y le alcé más la falda. Sin dejar de besarla le quité los calzones. Luego, así de pie, la voltee y me la ventilé recargada sobre la pared del ascensor. Cuando terminé, me subí el cierre, apreté el botón del quinto piso, y esperé, de espaldas a la mujer. Cuando la puerta del ascensor se abrió, salí. La puerta se cerró tras de mí y el elevador desapareció.

Al día siguiente, cuando llegué del trabajo al edificio, decidí esperar un poco a ver si aparecía aquella mujer. Luego de un rato apareció. La vi llegar por el estacionamiento, esta vez sin bolsa de mandado. Llevaba un vestido rojo, más corto y ajustado que el amarillo. Se veía más potente, ofensiva y cachonda. Cuando entró al elevador, la seguí. Subimos, y de nuevo apreté el botón de STOP. Luego, me fui encima de ella, posé mis labios en aquella boca roja y obscena. Para mi felicidad tampoco llevaba ese día pantimedias, así que le bajé las bragas, la volteé y la embestí por el trasero. Le dimos con gusto. Esta vez duró más. Luego, me subí el cierre, apreté el botón del quinto piso y salí. Por más que la esperé, jamás me la volví a encontrar. Bueno sí, pero con su marido y ella como si nunca me hubiera conocido. En fin, cosas del amor.

Debo decirles que esa experiencia fue, además de increíble, enloquecedora. Sin embargo, no me fue fácil entender cómo es que ese momento, lleno de tensión y miedo, resultase de los más gloriosos de mi existencia sexual. Porque imagínense lo que hubiera sido ser cachado en pleno cachondeo, como de hecho me sucedió en otras ocasiones. ¡La muelte, chico, la muelte! Con todo, estos rapiditos o rapidines han sido algunos de los actos más emocionantes y placenteros, aunque no son recomendables para los cardiacos.

El capitán se pone caliente

En la actualidad vertiginosa que vivimos, y pese a la escasez de sexo que hay en estos días, el fuckin’ sigue siendo de vital importancia en la relación de pareja. Por eso, la mayoría de ellas pierden tiempo muy valioso preparando el escenario perfecto para ese momento tan especial. Sin embargo, a la mera hora, nada de nada. De ahí que en esta época ya muy pocos –en especial los y las casadas- se dan el lujo de coger con cierta regularidad. Por ello, las grandes dosis de stress que aquejan a nuestra sociedad. Además, una sesión de sexo lento, organizado y rutinario no siempre garantiza que será explosivo. ¿Qué opción nos queda? Sin lugar a dudas, el sexo espontáneo o los encuentros cercanos del tipo rapidito.

Lo mejor es no planear, pero sí estar dispuestos a experimentar. No importa el lugar, claro, pero tampoco se trata de exponerse al escarnio público o a que los honorables guardianes de la moral lo remitan a uno a la delegación –a menos que seas exhibicionista-, como me ha ocurrido en un par de veces. Pues bien, en dónde, es lo de menos, lo de más es que la bombeada sea rápida e inesperada. Esto los llevará a sentirse salvajones y cachondísimos.

Sexohoróscopos 005Empero, la elección del lugar es vital, pues hará que todo resulte más excitante. Un rinconcito que no sea balcón, pero que esté expuesto a que en cualquier momento alguien pase por ahí y los descubra, hará que la adrenalina alcance niveles de locura. Pueden ser los lugares más extraños: el baño o la cocina en medio de una pachanga; la oficina, los elevadores, los jardines públicos, el asiento trasero del automóvil, el cine. De sólo pensarlo, ya se me subió la bilirrubina. Imaginen que los padres y los hermanos de tu noviecita santa salen por unos tacos, pero sólo se tardarán 10 minutos porque la taquería está a la vuelta de la esquina. ¡Pues aprovechen y cojan rápidamente!

Si acaso no se les ocurre nada, el cine puede ser una guía maravillosa. En él los ejemplos abundan: Glenn Close y Michael Douglas, en la cinta Atracción fatal (1987), descubren que además de peligroso, el sexo rápido -en el fregadero de la cocina y el elevador de un viejo edificio- es delirante. Qué me dicen de la perturbadora escena de El cartero llama dos veces (1981), en la que entonces buenísima Jessica Lange y Jack Nicholson le ponen sabroso en la mesa de la cocina; O de El paciente inglés (1996), en la que Kristin Scott y Ralph Fiennes hacen de las suyas detrás de una puerta mientras todos los demás celebran durante una comida; también tenemos que la hermosa Rebecca DeMornay y Tom Cruise disfrutan de los placeres del rapidín en un vagón del metro; claro está, vacío y a altas horas de la noche en la película Negocios riesgosos (1983); mejor aún, cómo olvidar a Rosalía Valdés y a José Alonso en El vuelo de la cigüeña (1977), que cojen fantasiosamente en un vagón del metro, ¡completamente lleno y a medio día!; por igual, está aquella célebre escena de la chafísima Porky`s (1981), en la que un entrenador y una alumna se dan un revolcón en un vestidor, y todo va muy bien hasta que ella comienza a “aullar” y toda la escuela se percata de lo que ocurre.

Ya para qué les digo más. Romper de vez en cuando las normas del juego es excitante y muy divertido. La única regla para que se propicie la magia del sexo instantáneo es que no se lleve a cabo en la cama, que lo desee la pareja mutuamente, que exista un lugar adecuado y, lo más importante, que se dé el fantástico factor sorpresa. ¡No le saquen pues!

 

PREGUNTAS AL DOCTOR LUJURIA

Después de un año de estar juntos, me he dado cuenta de que disfruto más masturbándome que cogiendo con mi novia. ¿Es esto una depravación o me estaré haciendo gay? ¿Debería decírselo? ¿Se encabronaría?

Arturo Castro, Tizimin.

R: Aceptémoslo: Es difícil superar una buena “manuela”. Para empezar no le tienes que comprar flores o llevarla al cine antes de llegar a lo sabroso. Tampoco le importa si duras cinco minutos o cinco segundos –vamos, no va a exigir un orgasmo propio-. Decírselo a tu novia es un asunto totalmente diferente. Si es remotamente parecida a Samantha, una de mis novias, te aconsejaría que no lo hicieras; a menos que quieras que te pateen tan fuerte en aquella parte que no podrás usarla hasta el 2018.

Si quieres el consejo del Dr. Lujuria y sobre cualquier tema, entra a la página del observadoryucateco.com y si tienes suerte, él te la contestará y se publicará.

 

SEXOHORÓSCOPOS

ARIES: No lo puedes evitar. Aunque amas a tu marido, eres de esas chifladas que las excita tener un capullo varonil en la boca todo el tiempo. Nomás sé cuidadosa. ¿Él no tiene por qué enterarse de tus mamonas aventuras con el basurero, el plomero, el carnicero, el panadero, el taquero, el…..?

TAURO: Tu reputación anda por los suelos. Pero tú tienes la culpa. Primero ese maniquiur, luego ese aretito, ahora tus moditos de caminar. Ahora todos piensan que ya nunca se la meterías a una chica.

GÉMINIS: Adoras el semen en todas sus variedades. Te gusta en la boca, en el trasero, en la cara, en el chocho. Pero ya te aburre que te lo proporcione un solo fulano. Sonríe, enseña chiche y verás cómo crece tu lista de garañones.

CÁNCER: Ante el espejo te miras extraño, viejo y decrépito. Pero oye, no solo te coges a todas tus cuñadas y compañeras de trabajo, sino también a tu esposa y a tu perrita, que es insaciable. Eso jode a cualquiera.

LEO: Todas las mujeres te miran como si fueses un gran bote de basura. ¡Qué remedio! Pero es que además de que no tienes trabajo y hueles a sudor rancio, a la primera provocación se los quieres meter hasta por las orejas. No hay que ser.

VIRGO: Te quejas de que no tienes en dónde clavar la polla. Pero sólo tú tienes la culpa. Eres tan borracho, tan desordenado, haragán y mujeriego que nadie quiere contigo. Por lo menos, intenta bañarte.

LIBRA: Te haces la difícil porque sabes que estás muy chichona y por eso te siguen muchos hombres. ¿Así cómo quieres ser la mejor golfa del rumbo? No te hagas del rogar. Hasta de una lana te puedes hacer.

ESCORPIÓN: Esto no es vida. No sólo de meneársela –y trabajar- vive el hombre. Qué de los demás placeres como las mujeres, la cerveza, la gueva, la comida. ¿O qué? ¿Quieres seguir viviendo hinchado de no gloria?

SAGITARIO: Cuando bailas te gusta hacerlo de manera indecente, como una cerdita en celo y terminar revolcándote por el suelo con los hombres. Muy bien. Pero mujer, tu marido ya sufre los estragos de que le griten “El Venao”. Sé más considerada.

CAPRICORNIO: Coger, coger y coger. Es en lo único que piensas. Ya traes como loca a tu mujer, a tu secretaria, a tu suegra y a tu compadre. Recuerda que todo exceso es nocivo para la salud.

ACUARIO: Eres la mujer-gran-agujero y no tienes llenadero. La tienes tan guanga que no sientes nada cuando te la meten, incluso, toda la mano dentro. Todo por servir se acaba. Ejercitar “tu perrito” puede ayudarte.

PISCIS: Te gusta corretear por el patio a tus vecinas con tremendas erecciones. La bronca es cuando las alcanzas, pues te pones tan caliente que no puedes cepillártelas. Comienzan a creer que eres un simple pervertido o un marica. Aguas.

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