Por: Juan Pablo TOPETE QUIJADA
Angélica Rivera nuevamente volvió a llamar la atención de redes sociales, en acto diplomático y protocolario, ahora en la visita de Estado de Su Santidad Francisco, como siempre prendas de valor millonario a costo del erario, ante un pueblo de más de 70 millones de mexicanos en extrema pobreza y que también hubiese sido un signo de “rapport” hacia el mensaje de sencillez del sumo pontífice.
Siendo poco antes de las 7 de la noche del viernes 12 de febrero, y llegando poco antes de lo anunciado llegó en vuelo comercial, esperándolo ya la pareja presidencial, por protocolo Peña Nieto en traje negro y corbata oscura con un discreto rayado, muy propio para el acto, en contraste con su torpe desempeño en gobierno y con la crítica de haberse aprovechado de dicha visita para su imagen política, pero quien lució atuendo desatinado, para variar fue Angélica Rivera, ahora portando un vestido corto en claro y abrigo en tono perla, cuando la ocasión oficial requería algo mas discreto, ancho cuello mao y cinturón en conjunto con hebilla circular, además de hacer juego a la vestimenta blanca de Romano Pontífice y zapatilla alta, más la situación de haber sido ya de noche y de ser la recepción de un líder religioso y no solo social, sería más o menos como presentarse de un blanco de mayor elegancia en una boda, y si no sabe ni las mínimas combinaciones fashionistas, pues solo a reinas de países católicos se les permite vestir de blanco ante el papa, señalamiento conocido como “Privilege du blanc”, mucho menos con habilidad para guiar el DIF.
Para el sábado en la recepción en palacio de gobierno cambió el color de su vestimenta, como siempre del diseñador mexicano Benito Santos, ahora en un matiz verde olivo en combinación con negro, una falda con un corte ahora si mas ad hoc para el evento y una blusa en negro con extravagantes ranuras sobre un fondo blanco y saco formal, moderno y no tan remarcador de su silueta de telenovelera, por demás dando apariencia de una talla mayor y/o apto igual para una mayor edad, y pues desde antes de llegar a la presidencia ya se notaba no siempre hacer la mejor elección de estilo, como si se ve el vestido de su boda con Peña Nieto, busto ancho y caída en V, con mangas en capas en pico desde una torerita, además de haber sido una ceremonia con irregularidades canónicas, y pues poco favorecedor de su figura, y para la despedida en el aeropuerto de Ciudad Juárez ahora vistió largo en un conjunto azul marino, y un ligero saco estilizando una solapa inversa terminando en cuello amplio, estilos muy elegantes y caros en contradicción la pobreza de la mayoría de los mexicanos, en su mayoría católicos siendo además esto una burla a dicha creencia, al mismo tiempo que el presidente del ejecutivo federal asistió a la Misa en la Basílica de Guadalupe el sábado en la tarde, y de haber permitido encuentros multitudinarios religiosos, no obstante la nueva ley de asociaciones religiosas del 92, el ver un estadio lleno de sacerdotes, religiosas y seminaristas indican lo mismo que la vestimenta de Angélica Rivera, que el estado laico mexicano ha dejado de existir, por demás mostrando en transmisión internacional unos niños abrazados por el papa y con una cartulina presentando una falta de ortografía, por demás mostrando lo nefasto de la educación pública mexicana, y por supuesto, un escandaloso vestuario de la primera dama como muestra de su lamentable educación.