La carrera electoral para elegir a los candidatos a la Presidencia de EU vive hoy un nuevo episodio con la celebración de los caucus demócratas en Nevada y las primarias republicanas en Carolina del Sur, dos estados en los que las minorías podrían jugar un papel destacado.
Tras las asambleas populares de Iowa y New Hampshire, la caravana demócrata se desplaza al Oeste por primera vez y llega a Nevada, donde más del 25 por ciento de la población es latina, mientras que la comitiva republicana se detiene en Carolina del Sur, estado en el que residen más de un millón 300 mil afroamericanos de un total de cuatro millones 625 mil habitantes.
En el bando demócrata, los dos aspirantes a la nominación aterrizan en el estado plateado después de que Hillary Clinton ganara por la mínima en Iowa, mientras que Bernie Sanders se impusiese cómodamente en New Hampshire.
Clinton aparecía como clara favorita para las asambleas populares (caucus) de Nevada, pero su diferencia se ha ido diluyendo a medida que Sanders aceleraba la remontada: este miércoles, un sondeo de CNN/ORC dio a la ex Secretaria de Estado una ventaja de solo un punto sobre su rival.
El viento parece soplar ahora a favor del veterano senador de Vermont, dado que hoy se dio a conocer otro sondeo, esta vez de la cadena Fox News, en el que por primera vez una encuesta a nivel nacional da la victoria a Sanders, con el 47 por ciento de los votos, frente a un 44 por ciento de Clinton.
Seducir y atraer a la población latina puede ser una de las claves del éxito en un estado en el que, según un sondeo publicado esta semana por la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), hay 196 mil 642 hispanos registrados para votar (el 13 por ciento del total de votantes).
Entre los votantes latinos, el 55 por ciento son demócratas, frente al 17 por ciento que se declararon republicanos y el 28 por ciento restante que aseguró apoyar a otros partidos.
En un encuentro televisivo celebrado el jueves, Clinton y Sanders dedicaron gran parte de su tiempo a detallar sus propuestas de migración, un tema especialmente sensible para los intereses latinos.
“Como presidente, haré todo lo posible para pasar una reforma migratoria integral”, respondió Sanders a una mujer hispana que lleva seis años separada de su marido debido a que este se encuentra en México y no ha podido reunirse con ella por no tener los papeles.
Por su parte, Clinton se comprometió, si resulta elegida presidenta, a sacar adelante una reforma migratoria en los 100 primeros días de mandato y reiteró su apoyo a las decisiones ejecutivas del Presidente estadounidense, Barack Obama, en materia migratoria, con los programas DACA (para los jóvenes estudiantes) y DAPA (para padres de residentes legales), que actualmente se encuentran bloqueadas por la Justicia.
En el otro bando, la carrera republicana, mucho más concurrida y con seis candidatos todavía en liza, se dirige a Carolina del Sur con el polémico magnate Donald Trump en cabeza a escala nacional con el 39 por ciento de la intención de voto, según una encuesta de la Universidad de Quinnipiac (Connecticut) publicada esta semana.
En segundo lugar, a mucha distancia, aparece el senador de origen cubano por Florida, Marco Rubio (19 por ciento), seguido del también senador de ascendencia cubana por Texas, Ted Cruz (18 por ciento).
Trump fue el ganador de las asambleas populares republicanas en New Hampshire pero quedó en segunda posición en Iowa, estado en el que se alzó con la victoria Ted Cruz.
Marco Rubio llega a los caucus de Carolina del Sur con el relevante apoyo de la Gobernadora de este estado sureño y notablemente conservador, la republicana de origen indio Nikki Haley, quien anunció su respaldo público en un acto al senador por Florida.
Por su parte, el ex Gobernador de Florida Jeb Bush, cuya candidatura no termina de carburar, se presentó esta semana en North Charleston (Carolina del Sur) junto a su hermano, el ex Presidente George W. Bush, con el propósito de darle un empujón a su campaña para convertirse en la alternativa razonable a Trump.
Bush, quien también se ha hecho acompañar de su madre Barbara, la ex Primera Dama, se juega mucho en Carolina del Sur, ya que de no conseguir un buen resultado se verá presionado a retirar su candidatura.
En las citas electorales del sábado los demócratas escogerán en Nevada a 35 delegados para su convención nacional, mientras que los republicanos elegirán a 50 representantes.