El Gobierno federal clausuró finalmente el túnel que utilizó Joaquín “El Chapo” Guzmán para fugarse del penal del Altiplano el pasado 11 de julio, con el propósito de anular un factor de vulnerabilidad para la prisión.
Funcionarios federales informaron que la destrucción y cierre se han llevado a cabo en los últimos días, después de que algunas zonas del pasadizo se colapsaran por causas naturales como la humedad.
Tanto en el terreno del predio de Santa Juana, en Almoloya, como el túnel en la celda 20 del área de Tratamientos Especiales del penal, los extremos ya fueron rellenados con arena y se trabaja para cancelarlo en definitiva con planchas de concreto.
La destrucción del subterráneo, realizada por motivos de seguridad, ocurrió después del 8 de enero, cuando “El Chapo” fue capturado por la Policía Federal en Los Mochis, Sinaloa.
Un alto mando indicó que si bien ya no se podía realizar una reconstrucción de hechos por los derrumbes ocurridos, era mejor que las autoridades fueran cuestionadas por una diligencia judicial y no por una nueva fuga.
La preocupación por el riesgo que representaba el túnel fue manifestada por Raúl Salvador Ferráez Arreola, jefe de la Unidad de Asuntos Legales y Derechos Humanos del sistema penitenciario federal, en un escrito enviado el pasado 5 de enero a un juez federal.
“La falta de clausura del túnel aumenta el riesgo de otro escape por el mismo medio, así como el riesgo de una intrusión”, indicó.
Ferráez enumeró 12 factores de riesgo por mantener el túnel sin sellar en forma definitiva. Uno de los más reveladores es que los internos de alto perfil se encuentran recluidos en una zona de menor seguridad en el Altiplano.
“No puede remodelarse las celdas 19 y 20 con las nuevas características de seguridad (…) El túnel genera estrés en el personal administrativo y de seguridad que labora en el Centro Federal de Readaptación Social”, apuntó.