Por: EL UNIVERSAL
Diez son los hombres y las mujeres cuyo desempeño es medido puntualmente, pues cualquiera de esas personas podría ser aspirante del PRI a la Presidencia de la República. Nos explican que luego de los recientes cambios en el gabinete ha quedado conformado un grupo en el que hay aspirantes de ambos sexos, de diferentes edades, e incluso de diversos orígenes políticos. Dos son las mujeres incluidas: las secretarias de Desarrollo Urbano y Territorial, Rosario Robles, y de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu. Entre los ocho hombres se encuentran seis secretarios: Aurelio Nuño, de Educación; José Antonio Meade, de Desarrollo Social; José Calzada, de Agricultura; José Narro, de Salud; Luis Videgaray, de Hacienda, y Miguel Osorio Chong, de Gobernación. También está el presidente de PRI, Manlio Fabio Beltrones, y el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila. El principal parámetro de evaluación nos dicen, es el trabajo, aunque también se evalúa su posicionamiento electoral, el que hagan un juego limpio entre aspirantes, así como la lealtad a la institución presidencial y la continuidad del proyecto iniciado por el presidente Enrique Peña Nieto.
Un cónsul bajo investigación
El cónsul en Denver, Carlos Bello Roch, no goza de la estima del personal en el consulado. Nos cuentan que existen quejas que no han alcanzado eco por temor a represalias hacia quienes laboran ahí. Dicen que si bien llega a las siete de la mañana a trabajar, a las 15 horas se retira y no vuelve. Lo que llama la atención es que comienzan a llegar hasta la Ciudad de México testimonios de funcionarios de carrera que señalan los malos modos de don Carlos. Aseguran que al cónsul no sólo le gustan los negocios, sino maltratar a sus colaboradores. Quizás ahora que la Secretaría de la Función Pública investiga la conducta del cónsul valdría la pena que ésta ofreciera protección y garantías a los funcionarios del consulado para que declaren lo que saben.