Por: Eric VILLANUEVA MUKUL
Los procesos electorales de este año, los magros resultados económicos, los pésimos efectos sociales y los aun altos índices de violencia, pese a algunos logros en materia de derechos individuales y humanos, hacen que 2015, termine aumentando la insatisfacción y la poca confianza en la ruta del país. No obstante, ocurrieron transformaciones que harán diferente a nuestro país en los años por venir.
Fueron muchos los acontecimientos que durante 2015, sacudieron al mundo y a México. A nivel internacional es obvio que los dos acontecimientos que influyeron de manera importante en nuestro país, fueron los efectos de la desaceleración y el estancamiento de la economía mundial y las acciones del terrorismo en Europa.
Son muchos los acontecimientos importantes ocurridos, pero existen algunos que, han hecho que México no vuelva a ser igual. En primer lugar, los resultados electorales de junio han sido determinantes para detonar una serie de transformaciones sociales que con anterioridad se venían acumulando. Como se recordara, las elecciones se realizaron en medio de circunstancias influenciadas por una mala gestión económica, escándalos de corrupción en los más altos niveles gubernamentales, por los más bajos niveles de aprobación, sin precedentes, de la figura presidencial y de la gestión gubernamental, y por la peor de las crisis del Estado mexicano, motivada por los terribles acontecimientos de Iguala y Cocula, por el homicidio de varios estudiantes y la desaparición de 43 normalistas más. Crisis que afectó a todos los partidos y al sistema de partidos de nuestro país.
El resultado fue una más intensa participación ciudadana, una mayor dispersión del voto y el surgimiento de nuevos actores y partidos políticos, entre ellos los candidatos independientes, con un vigor inusitado. Los tres partidos mayores el PRI, PAN y PRD, vieron disminuir su votación, en favor de fuerzas emergentes como Morena, Movimiento Ciudadano, Partido Encuentro Social, Partido Verde, entre otros y desde luego, los candidatos independientes. Lo más destacado de este último fenómeno, fue la gubernatura de Nuevo León.
De esa elección, surgió un espectro político más segmentado, más diverso y más plural. También más abierto y más exigente, donde el voto duro pierde fuerza y el voto ciudadano y los candidatos toman mayor importancia en el proceso electoral. También emergió una mayor pluralidad en el Congreso de la Unión, particularmente en la Cámara de Diputados.
El otro factor, con repercusiones importantes, fue el resultado económico para este año, que finaliza sin poder rebasar los niveles de los últimos 30 años. Un resultado cercano a un crecimiento del 2% del PIB. Aunque el régimen se esfuerza por presentarlo como un buen resultado, en medio de una economía mundial estancada, de bajo crecimiento, internamente la valoración ciudadana y de los sectores económicos no es buena. Aunque el gobierno argumenta a su favor estar generando empleos, más que sus dos antecesores panistas, lo cierto es que el millón ochocientos mil empleos generados en los últimos 3 años, están muy por debajo del millón doscientos mil anuales que se requieren. Por lo que todavía se sigue acumulando déficit de empleos. Se refuerza la economía informal y la precarización del empleo.
Aunque es cierto que las variables macroeconómicas están controladas, también lo es que la generación de empleos formales bien pagados sigue siendo una de las debilidades de la economía. La desaceleración de la economía norteamericana, la incertidumbre financiera internacional, así como los bajos precios del petróleo, terminaron afectando el crecimiento económico, las inversiones y el gasto público, perturbando severamente la economía, el crecimiento, el desarrollo y el bienestar social.
Con tales resultados continúa acumulándose la desigualdad de todo tipo en nuestro país y la pobreza en sus diferentes manifestaciones siguen también ampliándose. De ahí que sea inexplicable que aún se continúe por la misma ruta de privilegiar la relación con el mercado mundial, particularmente con América del norte. No parece tener fundamento alguno continuar por esa ruta. Se hace imprescindible apostarle más al mercado interno, apoyando su ampliación con políticas públicas que permitan el crecimiento de la demanda efectiva, las inversiones, la generación de empleos, el incremento de los salarios mínimos y de los ingresos en general y finalmente el consumo interno.
Sin embargo, también hubo buenas noticias, esas en el terreno de los derechos humanos. Cuando menos tres eventos resueltos por la Suprema Corte de la Nación, apuntan hacia el establecimiento de un sociedad de mayores libertades y derechos. Aunque también hay que señalar que, fueron en las elecciones de este año cuando se concretaron buena parte de la aplicación de la legislación sobre igualdad de género, particularmente las relativas a la igualdad en las elecciones de alcaldes y diputados. El mismo sentido tuvo el aval que la corte dio a los matrimonios igualitarios entre personas del mismo sexo. Lo mismo que el resultado a favor del cultivo para el autoconsumo de mariguana a cuatro ciudadanos que se ampararon. Este ultimo de gran trascendencia por su significado en la regulación de la mariguana y el combate al narcotráfico. El otro triunfo fue el amparo otorgado a campesinos mayas en contra de la empresa trasnacional Monsanto. Dicho amparo fue otorgado por considerar que la siembra de soya transgénica afectaba a la naturaleza y la práctica de una agricultura sana, así como violentar los derechos de los apicultores mayas.
En el caso de la igualdad de género, los matrimonios igualitarios, así como la regulación del consumo de la mariguana, es un éxito atribuible de manera importante a la izquierda mexicana, de manera sobresaliente al PRD, ya que la derecha e incluso MORENA, se oponían por cuestiones religiosas.
Lamentablemente, aunque el gobierno argumenta en su favor la disminución del número de muertes vinculadas al crimen organizado, lo cierto es que la percepción de la violencia se mantiene de manera severa, especialmente en entidades como Guerrero, Michoacán y Chihuahua entre otras.
Aunque es innegable la existencia de resultados positivos en muchas materias, para nuestro país en este año que termina, una evaluación de los resultados económicos y sociales para la mayoría de la población, no resultan de todas favorables. Más bien fueron resultados mediocres y bastante difíciles, lo que reforzara la insatisfacción y la desconfianza en la ruta del país. Lo peor, es que 2016, no parece augurar escenarios radicalmente mejores.
Con todo, no dejo expresar mis mejores deseos para 2016