El vocero del Pentágono, John Kirby, anunció que Estados Unidos ordenó la salida de 160 soldados de la Guardia Nacional de Florida que mantenía desplegados en Ucrania para «reposicionarlos en otros lugares en Europa.
El comunicado señala que este reposicionamiento no constituye un cambio de apoyar a las fuerzas ucranianas, pero brindará flexibilidad para tranquilizar a los aliados y evitar cualquier agresión.
Desde 2015, los reservistas de la Guardia Nacional estadunidense se han estado rotando para entrenar al ejército ucraniano junto con soldados de otros países de la OTAN.
El secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, dijo a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, que la vía diplomática seguía «abierta» para evitar un conflicto, pero que exigía una «desescalada» de Moscú. Serguéi Lavrov, por su parte, acusó a Estados Unidos de querer «provocar» un conflicto en Ucrania con sus señalamientos de una posible inminente invasión rusa.