Celestún, Yucatán, 24 de junio de 2025.– Habitantes de Celestún han denunciado públicamente a Manuel Herrera, conocido como “Chespi”, por su presunta participación en actividades ilegales relacionadas con la pesca furtiva y el robo de motores de lanchas ribereñas.
Según testimonios de vecinos, Herrera lideraría una red que captura y exporta especies en veda, principalmente pepino de mar, una actividad altamente lucrativa y severamente castigada por la ley ambiental mexicana. Además, se le vincula con el hurto sistemático de motores fuera de borda utilizados por pescadores locales, lo que ha generado un clima de inseguridad y enojo entre los trabajadores del mar.
Las autoridades también investigan la posible participación de su esposa, Maricarmen Chan Canul, quien, según las denuncias, se encarga de comercializar productos capturados de forma ilegal, incluyendo caracol blanco, mero, pulpo y pepino de mar, aún en periodos de veda.
Este tipo de delitos no solo representan un grave ecocidio, sino que afectan directamente a cientos de pescadores legales que dependen del equilibrio ecológico y la pesca sustentable para sobrevivir.
Las autoridades estatales y federales ya habrían iniciado una búsqueda para localizar a Herrera y su red delictiva, en un operativo que se extiende tanto en Celestún como en zonas costeras del vecino estado de Campeche.
Mientras tanto, en el puerto crece el reclamo ciudadano ante la aparente impunidad con la que ha operado este grupo. “Todo mundo lo sabe, pero nadie lo toca”, aseguran vecinos, quienes piden una acción inmediata por parte de la Fiscalía General del Estado, la Marina y la Conapesca.
El caso de “Chespi” vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de blindar las costas yucatecas frente al crimen organizado ambiental, así como de aplicar penas ejemplares a quienes saquean el patrimonio natural del estado.